El día de pentecostés marca el día en el que el Espíritu Santo descendió sobre los discípulos de Cristo y todos los demás que estaban esperando el cumplimiento de la promesa de Jesús. Este gran evento marca el nacimiento de la Iglesia Cristiana. Jesús les dijo, vayan y esperen, y recibirán poder cuando venga sobre vosotros el Espíritu Santo. ¿Poder para qué? poder para ser testigos de la resurrección de Jesús, para el cumplimiento de la misión de Dios en Jerusalén, judea, samaria y hasta lo último de la tierra.
El descenso del Espíritu Santo estuvo acompañado de grandes señales. Un gran ruido que fue escuchado por toda la gente que estaban ahí acompañando a los judíos en su fiesta de pentecostés. Gente de todas partes del mundo antiguo corrieron a ver lo que sucedía. De repente, el Espíritu Santo se manifestó posándose en los 120 que estaban en el aposento alto y comenzaron a hablar lenguas de fuego para producirse uno de los milagros más grandes de la historia, y fue que todos los presentes escucharon y entendieron el mensaje de Dios en su propia lengua.
El milagro de las lenguas de fuego mostró que el propósito redentor de Dios era salvar a todos los pueblos del mundo y así fundar una iglesia que fuera diversa, multiétnica y multicultural, sin ningún lugar a la discriminación o al racismo.
Cuando decimos que El Espíritu Santo Empodera a la iglesia, hablamos de una clase de poder a la cual la sociedad de entonces no estaba acostumbrada. La manera en cómo el imperio romano usaba el poder era para maltratar a los pobres, a los marginados, para explotar y oprimir. Pero con esta nueva idea de ejercer el poder mucha gente fue impactada positivamente para experimentar liberación, sanidad, amor, aceptación, comunidad y un sentido de propósito en la vida.
Aprovechemos este momento para hacer un gran ruido en esta nación para que se erradique de raíz el racismo. Esto podemos hacerlo sin llegar a la violencia, siguiendo el ejemplo y la enseñanza del Profeta negro Martin Luther King Jr. Quien nos enseña que responder con violencia sólo perpetua más violencia.
Oh Dios renueva tu iglesia de hoy con un viento recio del Espíritu Santo. Amen.
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